
Como escribí en junio de 2020, la pandemia global está cambiando muchas cosas. Una de ellas es la forma en que evaluamos el liderazgo.
Ahora, como en cualquier crisis, vivimos en la niebla de la guerra. ¿El virus está empeorando o mejorando? ¿Se irá en unas semanas o en unos años? ¿No tendré ningún síntoma, o podría matarme?
Son preguntas sin respuesta, pero aún así tenemos que tomar decisiones. Y la forma en que tomamos decisiones nos enseña mucho sobre el liderazgo.
Distanciamiento social, pero más conectado que nunca
Estamos luchando una guerra contra un enemigo sin conciencia. Apenas es un ser vivo, es un fragmento de ADN y hace lo que quiere. No podemos verlo y apenas podemos detectarlo. Sin embargo, hace un daño irreparable a muchos y amenaza nuestras relaciones con todos.
El distanciamiento social, el único remedio que tenemos, nos aleja de los que amamos. Sin embargo, al continuar nuestra guerra contra este enemigo, nos sentimos más conectados que nunca.
Vi las desgarradoras historias de los italianos, españoles y mexicanos luchando contra la enfermedad, los hospitales llenos y las familias perdiendo a sus seres queridos. A pesar de una de las situaciones más aterradoras del mundo, los italianos decidieron empezar a cantar, y se reunieron fuera de sus ventanas. Se unieron para luchar en la guerra.
Vea a Andrew Cuomo, Gavin Newsom, Justin Trudeau, Lee Hsien Loong (PM de Singapur), y líderes empresariales como Marc Benioff (que promete “sin despidos”) y Bill McDermott (que construye aplicaciones de apoyo en tiempo real para COVID-19). Muestran un nivel de compasión y cuidado por encima de todo. Esta crisis, como cualquier otra crisis, se trata primero de las personas y segundo de la economía. Y esa es la lección que aprendemos. Muchas veces muy duro. Yo personalmente trabaje 20 años en el Centro Histórico de la Ciudad de México, y todavía ayer camine por ahí devastado de dolor por ver la mayor parte de los comercios cerrados.
Para los líderes empresariales, estamos en un nuevo mundo. El CEO de hoy es el Director General de Empatía por encima de todo.
¿Qué estamos aprendiendo sobre el liderazgo en las crisis? Mucho.
Como ya he comentado, hay cinco lecciones que aprender aquí.
Primero, los líderes en una crisis se centran en “la empatía y la compasión primero, los negocios segundo”. Si usted cree, como yo, en el potencial ilimitado del espíritu humano, usted entiende que sólo haciendo que la gente esté segura saldremos de esta crisis. Darle dinero a la gente ayudará, pero no importará que se le dé una paliza al mercado de valores. Cuando la gente sienta una sensación de seguridad, confianza y poder, el crecimiento volverá.
Segundo, líderes de la crisis se centran en la verdad. Nos dicen lo que realmente está pasando. Andrew Cuomo y Gavin Newsom son honestos. La administración Trump siente que están “deseando una solución”. Esta es una crisis real, y todos la sentimos. Los líderes fuertes nos dan la verdad “tal como es”, no “como queremos que sea”. Jack Welch nos enseñó esto cuando dijo: “Los grandes líderes tratan con el mundo tal como es, no como queremos que sea.”
En tercer lugar, los líderes fuertes se centran en la competencia. Saben que “los mensajes sin resultados no importan”. Se centran en los resultados, la responsabilidad y la competencia. Empoderan a los expertos; ponen a grandes líderes a cargo. Por mucho que hayamos torpezado la respuesta al 9/11 y al Katrina, nuestros líderes políticos dieron poder a los militares para que se hicieran cargo. ¿Por qué? Porque saben cómo movilizar, dar poder y ejecutar. En un mundo donde la confianza lo es todo, queremos que los expertos nos muestren el camino.
Cuarto, los líderes fuertes escuchan bien. Abren sus oídos. Hablan menos, escuchan más. ¿Por qué? Porque la verdadera acción está en las primeras líneas. Los trabajadores de la salud, los equipos de ventas, los equipos de servicio, ellos saben lo que está pasando. Si no los escuchamos, no podremos tomar las decisiones correctas. En este momento cada individuo con una historia tiene un mensaje importante. Los CEOs necesitan pedir a sus líderes de RRHH, finanzas y TI que “escuchen a todos”.
Quinto, los líderes de hoy en día construyen la confianza. Aceptan la interrupción digital. Dejan que los empleados trabajen en casa. Dan poder a los gerentes para tomar decisiones. Crean reglas, normas y responsabilidad, y luego nos permiten actuar. Confiamos en ellos porque sabemos que nos respaldan.
En esta crisis, tenemos que probar muchas cosas nuevas. Trabajar en casa. Poner a los maestros en línea. Dejar que la gente encuentre nuevas herramientas. Los grandes líderes confían en nosotros para innovar, sabiendo que algunas ideas funcionarán, otras pueden fracasar.
Esta crisis le da a los CEOs y CHROs la oportunidad de mostrar su liderazgo. Refuerza un nuevo modelo. Nos recuerda que, por encima de todo, los negocios se basan en las personas. Sin un sentimiento de verdad, confianza y poder, la gente no puede rendir. Con estas cosas, la gente nos sacará de esta crisis.
Por encima de todo, este virus nos está dando un regalo. Una importante lección de liderazgo. Todos estamos conectados, y sin estas cinco lecciones de liderazgo, nos sentimos a la deriva.
Por eso estamos creando un nuevo progrma que construye sobre este tipo de liderazgo humano, centrado en la resilencia conjunta y la compasión.
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