
“Si eres humano, eres creativo”.
-Warren Berger
El experto en innovación y autor Warren Berger ha pasado años estudiando cómo las preguntas pueden transformar nuestra vida empresarial y personal y aprovechar nuestro potencial creativo. En un webinar al que tuve oportunidad de asistir hace un par de semanas de su serie Serie de Confianza Creativa, comparte las ideas de su nuevo libro, The Book of Beautiful Questions (El libro de las bellas preguntas), que contiene cientos de preguntas grandes y pequeñas que aprovechan la magia de la investigación para abordar los retos a los que todos nos enfrentamos, en el trabajo, en nuestras relaciones y más allá.
Hacerse grande, o experimentado tiene sus ventajas. Mis hijos dirían “hacerse viejo”. Pero también hace que sea difícil mantener una mentalidad de curiosidad y apertura. “Los niños son grandes preguntones y, a medida que crecen, cuestionan menos. Lo mismo ocurre con las empresas”, dice Warren Berger, experto en innovación y autor de The Book of Beautiful Questions.
Warren ha estudiado el poder de las preguntas durante muchos años, hablando con innovadores, ejecutivos y creativos para descubrir el secreto de su éxito… es decir, su hábil uso de la indagación para la resolución creativa de problemas.
Pero no todas las preguntas son iguales. Hay una cosa que se llama una mala pregunta, y saber cómo detectar los signos de una pregunta perjudicial -una que se sale del tema, es demasiado agresiva o es una crítica disfrazada (también conocida como “pregunta falsa”)- puede ayudarle a hacer una mejor.
¿Cómo es una buena pregunta?
Una buena pregunta debe diseñarse como un mecanismo de aprendizaje. El ciclo natural de la resolución de problemas del ser humano se presta a tres tipos de preguntas que son útiles en diferentes momentos del proceso. Las preguntas “¿Por qué?” ayudan a entender el problema, la necesidad o la oportunidad y preparan el terreno. Las preguntas “¿Qué pasaría si…?” despiertan nuevas ideas y fomentan el brainstorming. Las preguntas “¿Cómo?” te ayudan a acotar las mejores ideas y a ponerlas en práctica. Aunque es divertido, asegúrate de no quedarte atascado en la fase de “¿Y si…?” durante demasiado tiempo o corres el riesgo de desviarte. Este método de tres pasos funciona para casi todo.
“Se trata de cómo los seres humanos resuelven los problemas: primero tienen que entender, luego imaginar y después hacer”, dice Warren.
“Cuando se interroga a otras personas puede ser una forma de comunicación de confrontación”, dice Warren. Evita ofender o que tu pregunta sea malinterpretada empezando por la curiosidad: “Todo el mundo quiere ayudar a alguien que es curioso”, dice. A continuación, ayúdales a entender la motivación positiva que hay detrás de la pregunta. Por ejemplo: “Me pregunto cómo eliges ese enfoque. La razón por la que lo pregunto es que si puedo entender los factores que son importantes para ti, podré incorporarlos mejor a mi próximo proyecto”.
Preguntas para aprovechar tu creatividad
Las cuatro áreas en las que Warren considera que las preguntas tienen mayor impacto son la toma de decisiones, las relaciones, la creatividad y el liderazgo. En el caso de la creatividad, las preguntas tienen el poder de aplastarla o liberarla.

Preguntas que matan la creatividad
La diferencia entre una mala pregunta y una buena es a veces sólo una o dos palabras: las motivaciones que hay detrás tienen mucho más impacto. Para mejorar estas malas preguntas, intente remezclarlas en combinaciones más útiles. “Si eres humano, eres creativo”, dice Warren. Así que en lugar de preguntar “¿Soy creativo?”, pregunta “¿Cómo soy creativo?”.
Preguntar “¿De dónde voy a sacar tiempo para crear?” implica que no tienes tiempo ahora, o que necesitas encontrar más por arte de magia. En su lugar, Warren dice que hay que centrarse en reasignar el tiempo y ser intencional en la forma de organizar el día. El horario de Paul Graham, de Y Combinator, es un buen marco de referencia: los gerentes trabajan bien con muchos bloques pequeños de tiempo para reuniones, pero los creativos necesitan grandes bloques de tiempo ininterrumpido para hacer su mejor trabajo.
La parte más difícil de cualquier proyecto creativo suele ser empezar. Para superar los bloqueos creativos, prueba a hacerte estas seis preguntas.

Preguntas que debes hacerte si tienes problemas para empezar
- ¿Estoy cazando mariposas?
- ¿Comó puedo bajar el nivel?
- ¿Qué pasa si inicio en cualquier lado?
- ¿Puedo hacer un prototipo?
- ¿En quien puedo confiar?
Si estás persiguiendo mariposas, puede que te distraigas con ideas bonitas y nuevas en lugar de seguir con un proyecto existente. Si estás reorganizando las estanterías, es probable que te estés estancando al “prepararte para crear”. Al bajar el listón, te estás permitiendo empezar con una idea desechable.
“Cuando pases de la idea hermosa y original que tienes en la cabeza a hacerla realidad, será difícil porque no parecerá tan perfecta como lo era en tu cabeza”, dice Warren. Reconocer que el proceso será complicado puede ayudarte a empezar.
Dirigir mediante preguntas
Hay dos tipos de preguntas: las que te haces a ti mismo y las que haces a los demás. “Las preguntas que te haces a ti mismo van a determinar lo que haces con tu vida”, dice Warren. “Las preguntas que hagas a los demás van a afectar a tus relaciones con la gente”.
Como líder, las preguntas que te haces a ti mismo pueden ayudar a definir tus motivaciones y valores y potenciar tu enfoque. Warren dice que hay que empezar por ahí y luego mirar hacia fuera, pero cuando hagas preguntas a los demás, ten cuidado con poner a la gente a la defensiva. Comprueba tu tono y asegúrate de que cuando abordas los problemas -lo cual es necesario e inevitable- también aportas una mentalidad positiva y empujas a tu equipo a extraer enseñanzas de cada fracaso.

Una cosa es hacer preguntas como líder y otra es animar activamente a los demás a hacérselas a usted. Fomentar una cultura de preguntas, en la que no sólo se permiten sino que incluso se recompensan, ayudará a su organización a adoptar la indagación como algo bueno y a empezar a utilizarla para ampliar su pensamiento y conducir a sus equipos hacia nuevas ideas.
Para empezar a incorporar la práctica de las preguntas en su trabajo, intente convertir las declaraciones de objetivos en preguntas: “¿Cómo puedo hacer ?” en lugar de “Quiero hacer “, y deje que su curiosidad le guíe.
2 Comments
Es buenisimo me emociona aprender más y más
Gracias por tu comentario!!