
La pandemia de COVID-19 está demostrando ser un campo de pruebas para los líderes de todo el mundo. El liderazgo siempre es importante, pero especialmente en tiempos de crisis. Cuando cada día trae nuevos desafíos, las decisiones que toman los líderes pueden tener un tremendo impacto en los resultados, positivos o negativos.
No hay mejor momento para liderar a un nivel superior. Recuerde, nuestro trabajo como líderes es servir, no ser servidos.
Es normal que las personas pierdan el foco durante una crisis; La incertidumbre tiende a socavar la motivación y la moral de las personas. El trabajo del líder es recordar a la gente la visión a largo plazo; para darles esperanza y la promesa de un mejor, o al menos volver a la normalidad, mañana.
A medida que avanzamos en esta pandemia global, ahora es un buen momento para revisar y responder sabiamente a las cinco etapas de preocupación que las personas tienen durante los períodos de cambio, de acuerdo con Ken Blanchard.

Problemas de información:
En ausencia de una comunicación clara y objetiva, las personas tienden a crear su propia información. Los rumores abundan y crean confusión. Por eso es tan importante hacerse cargo de la conversación. La gente quiere saber lo que sabes, incluso si no es diferente de lo que sabías ayer. Quieren saber qué está cambiando y por qué.
Respuesta: Comunique hechos verificados temprano y con frecuencia. Proporcione una dirección clara. Incluso si no hay cambios en el status quo, sigue comunicándote.
Preocupaciones personales:
Las personas se preguntan cómo les afectará el cambio. Si no permite que las personas expresen sus sentimientos sobre lo que está sucediendo, estos sentimientos persistirán. Sin embargo, si permites que las personas lidien con lo que les molesta, en el proceso mismo de lidiar con sus sentimientos, su ansiedad a menudo desaparece. “¿Cómo me afectará personalmente este cambio?” es la pregunta más importante en la mente de las personas.
Respuesta: Mantenga abiertas las líneas de comunicación bidireccionales para que las personas puedan hablar sobre sus preocupaciones.
Problemas de implementación:
En esta etapa, las personas quieren saber cómo actuar frente al cambio. ¿Qué información se necesita? ¿Cuáles son las herramientas, planes y estrategias para el futuro inmediato? ¿Se han asignado suficientes recursos?
Respuesta: Involucre a las personas en la búsqueda de formas de avanzar. Dado que ellos serán los que implementarán los nuevos planes y estrategias, sus ideas serán cruciales y necesitará su aceptación para tener éxito.
Preocupaciones de impacto:
Una vez que se maneja la ansiedad de las personas sobre las primeras tres etapas, comienzan a preguntarse sobre el impacto que están teniendo sus esfuerzos. ¿Las cosas están mejorando? ¿Funcionan las estrategias? ¿Vamos a poder sostener este esfuerzo? Los líderes pueden mantener a las personas comprometidas y motivadas si brindan aliento en esta etapa.
Respuesta: concéntrese en el impacto positivo de los esfuerzos de las personas y reconozca sus éxitos.
Preocupaciones de refinamiento:
En esta etapa, el tiempo ha pasado y la gente ha tenido la oportunidad de ver qué funciona y qué no. Sus preocupaciones ahora se centran en mejorar los sistemas y procesos. ¿Qué hemos aprendido que podemos aprovechar? ¿Cómo podemos hacer esto mejor o más rápido?
Respuesta: ¡Ahora no es el momento para que los líderes dejen caer la pelota! Continúe practicando las estrategias de liderazgo descritas en las cinco etapas de preocupación anteriores.
Un buen liderazgo no solo puede reducir el impacto negativo de una crisis, sino que también puede fortalecer a una organización. Por ejemplo, durante la desaceleración del negocio después de la crisis de Influenza en Mexico N1H1 en el 2009, el equipo de liderazgo de nuestra compañía se resistió a la respuesta arrogante para despedir a la gente. En cambio, todos los que ganaban por encima de cierto umbral tomaron recortes salariales.
Convocamos una reunión especial donde invitamos a todo el personal a hacer una lluvia de ideas sobre las medidas que la compañía podría tomar para maximizar los ingresos y reducir los costos. La compañía no solo sobrevivió a la crisis, sino que prosperó. Cuando el negocio comenzó a recuperarse nuevamente, todavía teníamos personal completo. Esto nos dio una ventaja comercial, ya que no tuvimos que pasar tiempo contratando y capacitando nuevas personas cuando la economía se recuperó.
No hay mejor momento para liderar a un nivel superior. Recuerde, nuestro trabajo como líderes es servir, no ser servidos. Comencemos sirviendo a nuestra gente y respondiendo a sus inquietudes, porque son nuestro cliente número uno. Juntos, superaremos esto.
