
por RAYMUNDO ACOSTA 02/MAR/2020
Hace poco asistí a un evento con una larga lista de oradores. ¡Soy como un niño en una tienda de dulces en eventos con muchos oradores!
Como entrenador de Presentaciones, siempre aprendo algo al ver a otros oradores y, por supuesto, analizo todo sobre su enfoque para ver qué puedo transmitir a mis coachees. Hay una lección en cada presentación, y este evento en particular tenía un mensaje general que debo compartir.
Alrededor del 80% de los oradores parecían haber sido entrenados en exceso. La razón para esto: todos trabajaron con el mismo entrenador, y se notaba.
¿Qué quiero decir con sobre-entrenado?
- Parecían “escénicos”, como si estuvieran actuando, en lugar de usar movimientos naturales.
- Casi todas las presentaciones tenían la misma estructura y trayectoria.
- Sus inflexiones vocales carecían de autenticidad y sonaban demasiado ensayadas, no cómo la gente habla en la “vida real”.
Cuando veo un exceso de entrenamiento, veo una falta de confianza en las habilidades de los hablantes para desarrollar su propio poder de expresión único. Veo una excesiva dependencia de la técnica y una baja dependencia de la capacidad del hablante para conectarse de una manera humana y genuina.
Ahora, por favor, no interprete lo que digo para decir que este fue un entrenador “malo”. Cada entrenador tiene su propio estilo, creencias y prácticas propias, y entrenamiento y experiencia únicos.

“No existe un método único que funcione para todos los oradores “
Sin embargo, hablar no es “únitalla”, y no existe un método único que funcione para todos los oradores. Cuando veo un montón de oradores en una fila que han sido entrenados por la misma persona, es fácil detectar el uso de un enfoque de molde de galletas.
El coaching requiere un proceso personalizado, no formulado. No existe un “sistema” que pueda aplicar a cada uno de mis clientes que dé resultados individualizados. El coaching debe adaptarse a las necesidades de cada persona según las fortalezas individuales, la personalidad y el estilo individuales, y el resultado deseado.
El coaching debería ayudar al hablante a encontrar lo mejor de lo que ya está dentro de él o ella. El entrenamiento no se trata de cubrir al hablante con técnicas y gestos, se trata de revelar lo que hay dentro, usar lo que ya está allí y construir sobre él, lo que le permite florecer. Como dijo Miguel Ángel: “Cada bloque de piedra tiene una estatua en su interior y es tarea del escultor descubrirlo”.

El 20% de los oradores en este evento que no aparecieron demasiado entrenados o ya tenían mucha experiencia como oradores y ya sabían cómo ser dueños del escenario, o tenían personalidades fuertes que lograron anular la “fórmula” que se había aplicado a ellos. Estos son los oradores que se destacaron por su verdad, honestidad, poder e historias convincentes y entrega.
El entrenamiento es una herramienta poderosa, y todos los días vemos atletas, ejecutivos, políticos y oradores que han hecho un excelente uso de excelentes entrenadores. Usted ve la mejora, el crecimiento, la madurez, la confianza, el mayor nivel de rendimiento. Ves a alguien que lucha por la excelencia mientras se mantiene alineado con quienes realmente son en su núcleo. Ves a alguien floreciendo, revelando lo que ya está adentro de maneras nuevas y emocionantes.
Lo que no ves es el coaching detrás del crecimiento. Y así es como debe ser.
Tenemos un servicio de coaching para oradores. Aprende más de esta herramienta que puede ayudarte a seguir creciendo en tus presentaciones en esta liga