
El mayor regalo del liderazgo es un jefe que quiere que tengas éxito
Hace un par de semanas tuve la oportunidad de escuchar a Brigette Hyacinth en una conferencia Sobre liderazgo en la era de la Inteligencia Artificial. Compartió su experiencia en los primeros años de trabajo formal. “Un antiguo directivo mío me dijo una vez: “Si yo caigo, tú caes conmigo”. Eso fue en relación a tener un mal trimestre de ventas. A partir de ese momento, no hubo necesidad de prestarle atención. Es difícil seguir sintiendo pasión por el trabajo cuando ves una falta de integridad en tu jefe. A partir de ahí la cosa no hizo más que empeorar, así que supe que era el momento de empezar a planificar mi estrategia de salida.”
Es curioso, pero un aspecto fundamental aun en la era de Inteligencia Artificial, permanece constante. Los malos comportamientos de los jefes conducen a un pobre compromiso de los empleados y a una alta rotación. Cuando tienes un jefe que te trata con respeto y te cubre las espaldas, es más probable que des lo mejor de ti y te quedes más tiempo en la empresa, pero cuando tienes un mal jefe, es mucho más probable que te desenganches, sufras de ansiedad y quieras marcharte.
Los 7 peores comportamientos de un mal jefe
Estos son los peores comportamientos, de acuerdo a su libro The Future of Leadership: Rise of Automation, Robotics and Artificial Intelligence:
- Micromanagement – Este es el asesino número 1 de la creatividad y la innovación en el lugar de trabajo. Fomenta un ambiente de desconfianza ya que los empleados se sienten asfixiados y confinados. Si contrataste a alguien para un trabajo, dale espacio para que lo haga.
- Elegir a los favoritos: contratar y/o promocionar a las personas equivocadas. Sólo recomiendan a los empleados de su “círculo íntimo” para asignaciones u oportunidades de crecimiento. Se rodean de aduladores o de empleados que “sí”.
- Se atribuyen el mérito del trabajo o los éxitos de los empleados. – Los malos jefes harán cualquier cosa para quedar bien, incluso atribuirse el mérito del trabajo o las ideas de los empleados. La autopromoción es su máxima prioridad. No hay nada más desmotivador que trabajar duro para ganar algo sólo para que te lo quiten injustamente. Esto hace que el compromiso de los empleados caiga en picado.
- Ignorar el feedback – No escuchar – Algunos jefes no admiten los errores. Se toman los comentarios negativos como algo personal y tratan mal a quienes los dan. Así que los empleados que miran aprenden a no decir nada. Peor que pedir feedback es no hacer nada al respecto.
- No dar la cara por los empleados – Tirar a los empleados debajo del autobús. Es desmotivador trabajar para un jefe que no defiende a su equipo. Si alguien comete un error, se convierte en juez, jurado y verdugo. Se apresuran a señalar con el dedo.
- Exceso de trabajo de los empleados. Es desmoralizante trabajar para un jefe así. Tienen expectativas poco realistas sobre lo que es posible de los empleados. Su principal objetivo es la cuenta de resultados. Dudan en autorizar días personales o cuestionan la necesidad de los días de enfermedad.
- Pasar por alto o no reconocer las contribuciones de los empleados. – Dos de los deseos humanos más básicos son la validación y el reconocimiento. La gente quiere sentirse apreciada, respetada e incluida. Muchos directivos piensan que han cumplido con su deber proporcionando un cheque de pago, pero eso no es suficiente si quiere empleados comprometidos y productivos.
El trabajo de un jefe es facilitar un buen ambiente de trabajo para sus empleados. Los malos jefes crean entornos de trabajo tóxicos. Los entornos tóxicos agotan a los empleados emocional, mental y físicamente. He visto a muchos empleados en estas circunstancias desvincularse hasta el punto de que sólo están ahí por el sueldo hasta que renuncian.
Los buenos jefes son escasos y los empleados anhelan jefes que les apoyen, inspiren y ayuden a crecer. Un estudio reciente reveló que el 65% de los empleados preferiría tener un jefe mejor que un aumento de sueldo. No hay nada como tener un jefe que te cubra las espaldas. Es hora de que las empresas se den cuenta de que todo el dinero o las ventajas, no retendrán a los buenos empleados si tienen un mal jefe. Un buen jefe es, sin duda, uno de los mejores incentivos para mantener al personal contento y comprometido.
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El futuro del liderazgo: El auge de la automatización, la robótica y la inteligencia artificial
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